Apreciados Colegas, amigos solidarios:
Agradecemos la invitación que nos ha hecho la Rama de Panamá de la Asociación Americana de Juristas, especialmente a su Presidente Don Silvio Guerra Morales, y la deferencia de ustedes para participar en este importante evento, entendiendo que todo acto por la justicia y por la libertad, es un acto por la paz, es trascendente; y éste lo es en grado sumo.
En el día de mañana celebramos en Santo Domingo el V Encuentro Nacional por la Libertad de los Cinco, culminando un año de jornadas múltiples y exitosas por esta causa.
Este evento ha pasado revista a los elementos procesales, teoría de las pruebas y las penas en el juicio, las violaciones a la constitución de los EE. UU., las violaciones a los derechos humanos, el derecho internacional, el debido proceso, todos estos enfoques referidos al caso de los Cinco, desde el punto de vista jurídico, y no han faltado los elementos de carácter político y hasta del ensañamiento del imperio en contra de Cuba en la piel de Gerardo, Antonio, Fernando, Ramón y René. Es que justo de eso se trata, de un ensañamiento; lo cual desdice, desde un principio, de la justicia que impera en los Estados Unidos, pero que con lo que hemos visto en el curso de este proceso se ha puesto al desnudo el sistema judicial estadounidense. Y el mundo constata que se trata de un sistema judicial que se puede manipular o que “admite” una doble moral o que se rinde o lo rinde el Ejecutivo.
Y ellos se han dado cuenta que el mundo definitivamente con el caso de los Cinco lo ha comprobado, por eso la Fiscalía reconoce, en la audiencia para la resentencia de Antonio, que ha habido mucho ruido y cuestionamientos al sistema judicial. Claro no se trata de un simple ruido, es un real cuestionamiento a una justicia manipulada, para nada independiente, para nada apegada a los principios probatorios universalmente aceptados, y que no tiene miramientos en violentar su propio ordenamiento legal, procesal y hasta constitucional por factores políticos o de simple odio y resentimiento por no haber podido doblegar a un pueblo que decidió ser libre, no importando el precio a pagar por esa libertad.
La humanidad está por la libertad, la paz, la convivencia civilizada, la felicidad y el disfrute pleno de un paso breve que cada uno de nosotros tiene en este espacio llamado tierra. Y esa misma humanidad en la medida en que ha conocido el caso de los Cinco ha expresado su amor por ellos, por su causa y se expresa solidariamente, por una razón sencilla y esencial: son víctimas del abuso, de la prepotencia y la irracionalidad del gobierno estadounidense. Hay que observar que de los primeros en ser solidarios con tan noble causa son los ciudadanos de los Estados Unidos tan pronto conocen del caso.
Hay que valorar los doce Amicus que se presentaron ante la Corte Suprema, buena parte de ellos de instituciones y personalidades estadounidenses, pero además los abogados que presentaron ante la Corte los Amicus no cobraron sus honorarios profesionales, en una muestra sincera y amorosa de solidaridad, porque se trata de una causa noble, estamos ante una injusticia y ante sentencias monstruosas.
Un aspecto importante es que allí donde se proclaman ser el modelo de democracia es la sociedad más desinformada o con una información manipulada. Y lo referido a este caso no escapa a ese marco, porque saben que en la medida que el pueblo norteamericano conozca del mismo se manifestará a favor de los Cinco, porque es un pueblo amante de la justicia y los derechos civiles y ciudadanos.
El caso de los Cinco ha puesto en evidencia la inconsistencia de la justicia, pues en casos similares ha concedido medidas que fueron negadas a los Cinco; en casos más graves, comprobados y documentados han impuestos penas excesivamente benévolas y en nada comparadas con las de los Cinco. A los Cinco les violaron derechos esenciales reconocidos por la Constitución de los Estados Unidos y garantías de pactos y convenciones internacionales.
Pero igual el panel de tres jueces del Onceno Circuito de Apelaciones de la Corte de Atlanta, dictaminó en el sentido de que no fueron juzgados en una jurisdicción imparcial y por tanto sus derechos violados y ordena que sea celebrado un nuevo juicio, con ello anula las sentencias monstruosas de que fueron víctimas.
Agradecemos la invitación que nos ha hecho la Rama de Panamá de la Asociación Americana de Juristas, especialmente a su Presidente Don Silvio Guerra Morales, y la deferencia de ustedes para participar en este importante evento, entendiendo que todo acto por la justicia y por la libertad, es un acto por la paz, es trascendente; y éste lo es en grado sumo.
En el día de mañana celebramos en Santo Domingo el V Encuentro Nacional por la Libertad de los Cinco, culminando un año de jornadas múltiples y exitosas por esta causa.
Este evento ha pasado revista a los elementos procesales, teoría de las pruebas y las penas en el juicio, las violaciones a la constitución de los EE. UU., las violaciones a los derechos humanos, el derecho internacional, el debido proceso, todos estos enfoques referidos al caso de los Cinco, desde el punto de vista jurídico, y no han faltado los elementos de carácter político y hasta del ensañamiento del imperio en contra de Cuba en la piel de Gerardo, Antonio, Fernando, Ramón y René. Es que justo de eso se trata, de un ensañamiento; lo cual desdice, desde un principio, de la justicia que impera en los Estados Unidos, pero que con lo que hemos visto en el curso de este proceso se ha puesto al desnudo el sistema judicial estadounidense. Y el mundo constata que se trata de un sistema judicial que se puede manipular o que “admite” una doble moral o que se rinde o lo rinde el Ejecutivo.
Y ellos se han dado cuenta que el mundo definitivamente con el caso de los Cinco lo ha comprobado, por eso la Fiscalía reconoce, en la audiencia para la resentencia de Antonio, que ha habido mucho ruido y cuestionamientos al sistema judicial. Claro no se trata de un simple ruido, es un real cuestionamiento a una justicia manipulada, para nada independiente, para nada apegada a los principios probatorios universalmente aceptados, y que no tiene miramientos en violentar su propio ordenamiento legal, procesal y hasta constitucional por factores políticos o de simple odio y resentimiento por no haber podido doblegar a un pueblo que decidió ser libre, no importando el precio a pagar por esa libertad.
La humanidad está por la libertad, la paz, la convivencia civilizada, la felicidad y el disfrute pleno de un paso breve que cada uno de nosotros tiene en este espacio llamado tierra. Y esa misma humanidad en la medida en que ha conocido el caso de los Cinco ha expresado su amor por ellos, por su causa y se expresa solidariamente, por una razón sencilla y esencial: son víctimas del abuso, de la prepotencia y la irracionalidad del gobierno estadounidense. Hay que observar que de los primeros en ser solidarios con tan noble causa son los ciudadanos de los Estados Unidos tan pronto conocen del caso.
Hay que valorar los doce Amicus que se presentaron ante la Corte Suprema, buena parte de ellos de instituciones y personalidades estadounidenses, pero además los abogados que presentaron ante la Corte los Amicus no cobraron sus honorarios profesionales, en una muestra sincera y amorosa de solidaridad, porque se trata de una causa noble, estamos ante una injusticia y ante sentencias monstruosas.
Un aspecto importante es que allí donde se proclaman ser el modelo de democracia es la sociedad más desinformada o con una información manipulada. Y lo referido a este caso no escapa a ese marco, porque saben que en la medida que el pueblo norteamericano conozca del mismo se manifestará a favor de los Cinco, porque es un pueblo amante de la justicia y los derechos civiles y ciudadanos.
El caso de los Cinco ha puesto en evidencia la inconsistencia de la justicia, pues en casos similares ha concedido medidas que fueron negadas a los Cinco; en casos más graves, comprobados y documentados han impuestos penas excesivamente benévolas y en nada comparadas con las de los Cinco. A los Cinco les violaron derechos esenciales reconocidos por la Constitución de los Estados Unidos y garantías de pactos y convenciones internacionales.
Pero igual el panel de tres jueces del Onceno Circuito de Apelaciones de la Corte de Atlanta, dictaminó en el sentido de que no fueron juzgados en una jurisdicción imparcial y por tanto sus derechos violados y ordena que sea celebrado un nuevo juicio, con ello anula las sentencias monstruosas de que fueron víctimas.
Luego el pleno de esa misma Corte, aunque revoca la decisión del panel de los tres jueces, en septiembre del 2008, determina que las condenas de tres de ellos han sido excesivas y manda una resentencia contra los mismos, para que se reduzcan las penas.
Las audiencias de resentencias “a favor de” Ramón, Antonio y Fernando, pero que deben volver al mismo tribunal que dictó esas condenas en el 2001, tanto en Cuba como en todo el movimiento social y político que en el mundo se expresa en la solidaridad por los Cinco ha generado inquietudes e interrogantes.
El pasado 13 de octubre tuvo lugar la de Antonio y el hecho de que la defensa haya pactado con la Fiscalía una reducción de la pena a 20 años, es un acuerdo sobre la pena, no sobre el proceso ni la acusación; veremos que pasará el próximo lunes cuando se produzca la audiencia para las resentencias de Ramón y Fernando.
No debo entrar en valoraciones al respecto, pero es claro que la razón se expresa a favor de los Cinco, es un trago amargo para la misma Fiscal que mantuvo durante el juicio que Antonio era un hombre de alta peligrosidad para la sociedad estadounidense y que por tanto merecía cadena perpetua, ahora arriba a un acuerdo con la defensa y le plantea a la jueza (que en el sentido estricto de jueza no lo es) que la pena de o a Antonio debe ser reducida a 20 años.
La determinación del poder político en los Estados Unidos (con republicanos o con demócratas) es presionar a la justicia para hundir en la cárcel a los Cinco como una forma de castigar a Cuba por su rebeldía, su dignidad, su coraje y su determinación de ser libre; ahora bien, para ello han actuado como verdugos, pero es claro que la solidaridad mundial le ha hecho un ruido ensordecedor que lo tiene bien incomodo, un ruido con razón y que se siente en todos los rincones del mundo, por eso la Fiscalía lo admite ante la jueza y lo plantea como base del acuerdo, es decir que ella y su gobierno tuvieron que llegar a dicho acuerdo porque el caso de los Cinco produce mucho ruido y en todo el mundo presentan a los Estados Unidos como los chicos malos. Es que los son y no es un invento de nadie, “por sus hechos lo conoceréis”, dice la Palabra.
La Jueza Joan Lenard se molestó, pues en sus adentros pudo sentirse utilizada, ser un instrumento político al servicio de una causa oscura y perversa. Y no de la justicia y del derecho.
La batalla legal no ha concluido, seguirá abierto un recurso ante la suprema corte, pues ¨existe otro recurso extraordinario ante el Tribunal Supremo Federal por parte de la defensa. Este recurso es uno de habeas corpus y se sustenta en información sobre los Cinco que no estaba disponible a la defensa en el tiempo que éstos fueron juzgados en Miami en el 2001, que además, no ha sido parte del proceso de apelación y que según lo entiende la defensa es fundamental para sus casos. La defensa tendrá hasta junio de 2010 para presentar este último recurso ante el Tribunal Supremo para su consideración¨, según indica Andrés Gómez.
Naturalmente los solidarios, la defensa y Cuba han entendido desde un principio que se trata de un encarcelamiento político y por tanto su derivada consecuente, el juicio, no es más que un juicio político, y ello ha obligado a una respuesta política, pues el amplio movimiento social y solidario que impulsamos en el mundo es una respuesta a las características del juicio.
Es claro que, al tiempo que hemos ido al juicio, hemos acumulado fuerza con la solidaridad para la presión política, y es que la libertad de los Cinco pasa por la más alta instancia del poder en los Estados Unidos, al menos del poder formal representado por la Casa Blanca y el Presidente, por tanto la presión debe ir dirigida al Presidente Barack Obama para que otorgue la amnistía política o el indulto a los Cinco. Y eso Sí se Puede, y al final será la opción real de la libertad.
Al concluir, queremos felicitar al pueblo de Panamá por el gran trabajo de solidaridad desplegado a favor de la causa de los Cinco; nosotros reconocemos el gran esfuerzo que ustedes han hecho, pues en el año de trabajo 2008-09, aquí, más de 15 gremios y organizaciones panameños firmaron solicitudes de Amicus; entre los Amicus parlamentarios, se destacaron Panamá y México como los Parlamentos que firmaron en pleno como órganos legislativos. El año anterior la Asamblea Nacional de Diputados auspició el Primer Foro Legislativo Latinoamericano-caribeño por los Cinco. Prácticamente todos los gremios de abogados panameños se han sumado a esta batalla, y varias de derechos humanos y religiosas; entre estas se destaca el Comité Ecuménico de Panamá, que lleva 3 años emitiendo resoluciones. El Colegio de Abogados hizo su pronunciamiento en 2008, y apoyó la moción del caso en la UIBA. Y el actual Presidente, Rubén Elías Rodríguez, brindó la sede del Colegio y aceptó dar las palabras de apertura. Hay organizados en Panamá más de 10 Comités Proliberación de los Cinco en la capital y las provincias, incluyendo los Centros Regionales Universitarios (de la Universidad de Panamá). Todo esto es loable, y felicitamos de todo corazón a los Solidarios de Panamá.
En el caso nuestro hemos realizado en estos ocho años las más diversas acciones: organizar 27 comités en todo el país, mantener un calendario de trabajo y actividades todo el año, involucrar diversas instituciones académicas y de derechos humanos (entre ellas la Universidad Autónoma), religiosos, periodistas, juristas; celebrar jornadas de oración cada año con todas las iglesias; participamos en todos los carnavales del país con una Comparsa representando a los Cinco (vestido de prisioneros, una forma de denuncia y de que el pueblo dominicano conozca el caso); celebrar un juicio coordinado con la Universidad Autónoma y la participación de Roberto González (hermano de René); musicalizar poemas a los Cinco de escritores dominicanos; visitas periódicas a la sede de la Embajada de los EE.UU para entregar documentos dirigidos al presidente clamando por la libertad de los Cinco; tenemos dos blogs en la Internet para difundir las actividades y las noticias relacionadas; publicar un boletín impreso cada tres meses; vincular a la comunidad dominicana en los Estados Unidos a la causa de los Cinco, de modo que contribuyan a hacer opinión allí, toda vez que la presión fundamental debe hacerse en territorio norteamericano; es decir somos parte importante en el ruido mundial a favor de los Cinco.
Este Foro es sumamente importante en esta causa; la movilización social, la opinión pública mundial, es decir, la solidaridad militante es la que hará posible la libertad de los Cinco y el retorno a su patria.
Ah!!! Recuerden la frase que pronunció Gerardo, el único condenado a dos cadenas perpetuas y que no tiene resentencia, dijo, cuando se le informó de la decisión de la Corte Suprema “que mientras quede una persona luchando fuera, nosotros seguiremos resistiendo hasta que se haga justicia". Entonces a seguir luchando y ellos volverán!!!
*Presidente de la Asociación Americana de Juristas, Rama de la República Dominicana.
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